PACTOS

Pactos implícitos,
esos que se aceptan
en la hipocresía del silencio impuesto,
en la etérea decadencia del afecto
moribundo,
en la distancia del aburrimiento mutuo,
en la pobreza de las caricias falsas,
en la prolongación del tiempo
de los abrazos que se obligan.

Pactos explícitos, y falsos,
cuando sobre el papel se hacen treguas
que no terminan la cruenta guerra,
que no pausan la metralla
de las palabras afiladas
que se clavan como esquirlas en el alma,
preámbulo que hace temblar
la piel que espera el impacto
inyectado de tanta rabia.

Pactos invisibles,
sin cálculo de riesgo,
ni presagios,
que inician de un beso, un arrebato,
de un amor que nos sorprende
sin aviso, tomándonos incautos.