MIS IMPRESCINDIBLES

Querida amiga, estas son las cosas que me gustaría trajeras de mi casa, bien sabes que salí de allí pensando que en mes y medio regresaría para dejarla sin recuerdos antes de mi marcha definitiva del país, pero el destino quiso otra cosa y ya son 4 años que estoy fuera quedando todo lo que la habita en soledad. Si puedes, y está a tu alcance, me gustaría que hicieras dos cosas, traerme una maleta con mis imprescindibles en este viaje y armar unas cajas con lo que quiero siga en mi vida, ya sabes, cosas con más valor sentimental que material; pienso que si lo hago de esa manera será más fácil cerrar ese capítulo de mi vida. Tú que me conoces, sabes de lo que hablo. Te hare una lista y lo organizas como creas que sea más conveniente.

-El chinchorro amarillo que cuelga en la terraza debajo de las pérgolas adornadas por buganvidias, mi lugar de descanso y lectura preferido, donde meditaba y conseguía paz cuando más atribulada me sentía, si puedes tráeme un poquito del aroma de los nardos y el sonido de mis móviles de arcilla.

-De los móviles quiero el de hojas de arcilla multicolor, tienes que envolverlo con mucho mimo, ya sabes que es muy frágil.

-Del comedor las copas de cristal que me dejó Carmencita, esas tienen que seguir en mi vida para sentir que ella me acompaña en cada ocasión especial; me recuerdan días bonitos de mi niñez al mirarlas con asombro cuando el sol tocaba la vitrina dejándome ver el arco iris al alcance de mi mano. Los cubiertos de plata que me regalo mamá y el cuadro de la Guajira que siempre nos miraba (ella guarda un registro de todos los hermosos momentos vividos en ese comedor), el mantel beige bordado con hilos dorados que me regalaron del Líbano.

-De la cocina, mis libros, los que compre en cada viaje, el juego de bronce para servir el café árabe que compró mi papa, el boceto original de Aldo Storey de las ventanas de mi Maracaibo.

-Del salón, el tapiz que compre en Puno, mis cajas de madera, la lámpara Tiffany, el centro de mesa de cerámica y el juego de bronce hindú para incienso que me regalo Tiita, (la campana creo esta en mi habitación); todas las acuarelas de mi tierra y los cuadros de Henry. Los tres álbumes de fotografias de mis hijos cuando eran pequeños y la caja de arabescos con todo lo que tiene dentro.

Uff, sabes qué amiga, no puedo seguir; se me han removido todos los recuerdos recorriendo los lugares de mi casa. Otro día te escribo, creía que dolería menos, pero Baalbek y sus rincones siguen habitando en mi corazón. Quiero sus palmeras gigantes, la colas de pez y los pájaros que a ellas venían mañana y tarde, quiero sus flores con todos sus aromas, quiero mis gatitos que en paz descansan en ella, quiero las tertulias en aquella terraza, las noches de copas a la luz de la luna, quiero que me traigas mis amigos y sus risas, las andanzas de mis hijos mientras en ella crecían, quiero todo amiga mía, tu sabes a lo que me refiero hermana de la vida.

Te quiero,
Yo.

Deja un comentario